
Nuestra historia
El festival comenzó en 2022 como una pequeña reunión de bandas locales y salvadoreñas y amantes del metal. Con el paso del tiempo y el apoyo de la comunidad, creció hasta convertirse en uno de los eventos musicales muy apreciados por el publico.
Cada edición ha sido un testimonio de la pasión, la autogestión y la hermandad dentro de la cultura metalera. Desde toques en pequeños bares hasta escenarios al aire libre con sonido profesional, Marcala Metal Fest ha evolucionado sin perder su esencia: la unión a través del metal.
"Marcala Metal Fest: Donde Todo Comenzó"
Todo comenzó en una de esas noches improvisadas, entre risas, cervezas y el eco de música sonando de fondo. Estábamos reunidos —un grupo de amigos unidos por el metal— cuando surgió la idea descabellada: «¿Y si hacemos un concierto en Marcala?».
Marcala, ese pueblo enclavado en las montañas de La Paz, conocido por su café aromático y su gente cálida, parecía el escenario menos obvio para un evento metalero. Pero ahí radicaba el encanto. La idea, nacida entre charlas y algún que otro exceso de entusiasmo etílico, prendió como una mecha. Al principio, era solo un sueño: algo pequeño, sin pretensiones, donde la música en vivo fuera la excusa para reunirnos.


Pronto, el proyecto dejó de ser una broma entre compas. Otros amigos se sumaron —músicos de bandas locales como *Anarkia, **Errante, **Maindeth* y *Khave XVII—, cada uno aportando su energía y sus contactos. Lo que empezó como un *»¿y por qué no?» se convirtió en una bola de nieve: «¿Y si invitamos a más bandas? ¿Y si hacemos algo que nadie espere en un pueblo como este?».
Claro, no teníamos ni idea de lo que implicaba organizar un toquín. No había presupuesto, ni experiencia, ni siquiera un plan claro. Solo había ganas. Y cervezas, muchas cervezas. Pero el entusiasmo era contagioso: empezamos a tejer redes —venta de merch, aportaciones voluntarias, gestiones con comercios—, y de pronto, el cartel creció. Bandas de otros rincones del país, incluso de El Salvador, confirmaron su participación. El evento ya no era nuestro; era de todos los que creyeron en él.
Con los días, lo imposible tomó forma. El backline llegó gracias a préstamos solidarios, los primeros boletos se vendieron entre amigos de amigos, y la logística se resolvió a puro pulso. Hasta la prensa local empezó a hablar de aquel «festival metalero en Marcala». Lo que nació como una ocurrencia entre copas se transformó en un espacio donde la escena underground encontró su voz.


Hoy, mirando atrás, el MMF no es solo un evento. Es la suma de horas robadas al sueño, de gestiones en la sombra, de amigos que documentaron cada momento y de medios que le dieron difusión. Es el resultado de una comunidad que, contra todo pronóstico, hizo que el metal resonara entre las montañas.
Misión
Impulsar la música metal como una forma de expresión artística, dando visibilidad a talentos nacionales e internacionales, y fortaleciendo los lazos entre músicos, fans y promotores culturales.
Visión
Ser un referente cultural en Centroamérica, reconocido por la calidad de nuestros eventos y el impacto positivo en la escena alternativa. Queremos seguir creciendo sin perder nuestra esencia: hecho por fans, para fans.
Nuestros Valores
Creemos en la fuerza de la autogestión, la lealtad a nuestras raíces y el respeto mutuo. Nos mueve la pasión por la música, el trabajo colectivo y la defensa de los espacios independientes. Valoramos la diversidad, la honestidad y la energía inquebrantable de la escena del metal.
Nuestro Compromiso
Apostamos por brindar espacios seguros, apoyar a las bandas emergentes y mantener viva la pasión por el metal en cada evento que realizamos.
Así Nació el Rugido del Metal en Marcala
Nuestro Equipo
Carl Sagan
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